Capítulo V: Introspecciones

Muchas veces, mirando hacia el futuro como hago de costumbre, visualizo una vida dinámica, bastante activa dentro de la mediocridad, haciendo algo que me gusta y ganándome las habichuelas con ello. En un mundo en el que prima más lo hay en un papel escrito que las habilidades técnicas y  personales que tiene cada persona me encuentro que cada vez son más aquellos que ven su mundo limitado debido a las expresiones artísticas que pueden desenvolver y que su entorno técnico no se lo permite. Eso se traduce en depresiones, conflictos personales, crisis de personalidad, contradicciones continuas... Por suerte, yo soy uno de los pocos afortunados que, por ahora, soy capaz de salir del apuro minimizando mi creatividad e intercalando un papel un tanto mundano cual visión del mundo que me rodea. Muchas veces, en comentarios, textos o diálogos sueltos que se escuchan a veces por las mañanas en cualquier autobús urbano surge una pregunta: Pero ... ¿Qué sientes? Para muchos parece una pregunta que podrían responder sin ningún problema y con absoluta certeza en dos o tres frases pero para mi es algo así como un acertijo inexplicable. Puedo conocer o intuir las causas intentando describir como me siento en un momento adecuado pero es un tipo de pregunta que quizás no sepa resolver o no me atrevo a resolver. Cuando no me siento bien y me preguntan: ¿Qué sientes? Sé que no será una pregunta total, sé que mi respuesta llevará a otras respuestas que mediante la lógica me harán sentir cada vez más ridículo, ridículo ... ante la perspectiva que tengo de mi. La última vez que me lo preguntaron, fue mi amiga Isabel la que se aventuró a formular semejante cuestión, a lo que yo solía responderle algo como: "Pues no lo sé, es como si una tela de araña se hundiera en el espacio frío e infinito produciéndome un caos sublimante que deteriora toda relación del cognos con el entorno que me rodea". La respuesta de mi amiga Isabel ante eso sería de esperar, claro. Me contestaría algo como: "¿Pero qué cojones me estás contando? Son las 20:30 y hoy comí espaggettis con tomate frito natural, si es lo que quieres que te conteste con tu explicación". La verdad es que ante eso no le faltan razones para contestarme algo que no tiene nada que ver con lo que estamos hablando, la pregunta quedaba totalmente inconclusa ante mi comentario, dentro de lugar para mi pero fuera de lugar para aquel que lo percibe. Si esa respuesta no es válida, ¿Por qué lanzo respuestas de ese tipo? Me han preguntado sobre qué siento y no he sabido contestar. En realidad la pregunta más acertada hacia ese tipo de respuestas sería: ¿Cómo representarías aquello que sientes en un contexto abstracto y surrealista intentando no mojarte lo más mínimo en tus sentimientos para permanecer así hermético y con esa falsa seguridad? Entonces la respuesta, en ese caso, sí cobraría algo de sentido. La respuesta adecuada hacia la pregunta sería algo así como: Siento miedo, siento alegría, me siento bien, me siento mal por X causa. Esa sería la respuesta correcta. "Me siento de esta forma a causa de cierta circunstancia" Sin embargo, ¿Por qué me aterra tanto admitir mis sentimientos así como la causa que generan esos sentimientos? Creo haber hallado la respuesta, una respuesta un tanto cobarde, pero una respuesta. El ser como soy, una persona introvertida, metódica, paciente ... me ha dado ciertas ventajas a la hora de sociabilizarme. No conozco la palabra falsedad en las demás personas ni la palabra hipocresía. No lo conozco porque me he guardado bien de ello. Cuando yo expreso mis sentimientos, siempre cabe la posibilidad de que la persona en cuestión cambie, cambie por mi. Hace ya algún tiempo que me di cuenta de que a ciertas alturas, las personas no pueden cambiar y según mi punto de vista, tampoco deben ser cambiadas. Sería como si una pieza de puzzle de un puzzle totalmente distinto fuera amoldada para encajar en la totalidad del mismo. Puede que llegue a encajar perfectamente, sí, puede que incluso pase desapercibida en el puzzle sí, pero seguiría sin formar parte del puzzle original. Algunas veces pienso que esos cambios sutiles, algunos inevitables, otros evitables ... pueden congestionar una relación o un proceso social en el tiempo, cuando, un día ... alguien se da cuenta, después de mucho tiempo, de que una persona no es quien creía ser debido a esos minicambios efectuados a través del tiempo, que cuando vuelven a su posición original, desbaratan el concepto de unidad que se tenía del mismo, produciendo dolor tanto para el que lo siente como para el que lo padece. Quizás sea un ejemplo un tanto extremista y sea una visión de "demasiado suponer", pero lo veo así. También es cierto, que de vez en cuando, el sostener esa incertidumbre sentimiental por miedo a ese cambio en quien lo recibe, puede tener efectos nocivos, para las dos partes, por supuesto. Soy consciente además, que desde esa visión, de estar atento a cómo se percibirá aquello que emane de mi, puede inducirme irremediablemente a una falta de autoestima exagerada ya que me acostumbro a velar más por el cambio que se produce en los demás más que el que se produce en mi mismo. No sé si eso seguirá así por siempre en mi, no lo sé. Quizás toda mi argumentación no sea más que una farsa, también es posible... O quizás tenga que ir pidiendo cita al loquero xD ... Sea como sea, espero que todos aquellos a los que no "he podido/querido abrirme" sean felices ... y espero que yo también lo sea aunque mediante esta filosofía, no existe ni puede existir persona que mediante el hermetismo racional total consiga la felicidad plena así que ... o me doy cuenta de ciertas cosas o creo que iré bastante jodido en el asunto ya que ... tampoco se puede sostener una vida activa y dinámica, como indicaba al principio ... bajo este punto de vista.

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