Entradas

Mostrando entradas de julio, 2010

Capítulo II: Un juego de niños

Hace un calor horrible. Recuerdo cuando era más pequeño, que sobre estas fechas estaba lloviendo bastante. El buen tiempo sólia comenzar (Y finalizar) a mediados de septiembre, como preámbulo del otoño. Era entonces cuando en Vigo se empezaba a respirar ese aire veraniego. Un aire veraniego de corta duración, claro, ya que gran parte de julio y agosto estaba invadadida por tormentas, chubascos, a veces aislados u otras veces que duraban días o semanas. Este año sin embargo, parece que la regularidad ha llegado. Una regularidad a la que no estoy acostumbrado por eso de tener temperaturas máximas y mínimas rondando los 35º/24º, aunque de todas formas, podía ser peor ... Menos mal que los embalses están a su máxima capacidad pese a las altas temperaturas y por ahora, parece que el abastecimiento de agua está asegurado para varios meses. También es curioso ese dato. Nunca me he visto en la obligación de tener que dosificar el agua ni de temer que en tiempos futuros hubiera escasez de agua.

Capítulo I: El comienzo

Muchas veces, cuando intento mirar atrás en mi memoria no consigo ver más allá de tres o cuatro sucesos salientables a lo largo de mi vida. Mi cabeza parece estar estructurada de tal forma que los recuerdos, muchos de ellos importantes, sólo saltan al percibir ciertos conceptos clave. Una palabra, un olor, un sonido, la tonalidad con la que se pronuncia una frase, el contexto de una conversación, etc. En ocasiones, también me basta con una simple frase para desglosar todo un entramado (A veces caótico e ilógico) de pensamientos, cual terapia regresiva. Otras veces ni un tema completamente desglosado consigue arrancarme una idea nueva o una nueva perspectiva. Eso, en parte, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Ventajas en el sentido de que el no recordar ciertos sucesos sin la chispa que producen ciertas situaciones me hace percibir lo negativo como algo cada vez más lejano a medida que pasa el tiempo aunque lo mismo me sucede con ciertas cosas positivas. Según alcanza mi memoria, m

Introducción

Hace un tiempo que me sumergía en la idea de escribir un blog. De vez en cuando, se me pasan por la cabeza ideas, conceptos, estructuras mentales que no siempre son compartidas o aun siéndolo, de vez en cuando, siento como si necesitara expandir esas ideas hacia algo más transcendente. No es que me considere un erudito, ni un filósofo... ni siquiera un pensador, pero quizás esta sea una buena forma de reestructurar mis pensamientos, de materializar de alguna forma ideas o conceptos que pueden escaparse al tratar con ciertas personas o círculos concretos a los que estoy acostumbrado. Lo primero que se me pasa por la cabeza cuando alguien me aconseja que escriba en un blog es: ¿Y por qué he de escribirlo? Las ideas generalmente me surgen a medida que avanza una conversación. No es que salga a la calle con un guión escrito o con una percepción de la realidad estática e inalterable. Para quien lea esto pensará: "Sólo es un joven chiflado que está en su fase de despertar y necesita ext