El Cuaderno del Estudiante

Acabo de hablar con mi padre por teléfono... Hacía mucho tiempo que no hablaba con él. Quizás dos años. Quizás más. No le guardo ningún rencór, nunca se lo guardé aunque a veces... me hubiera gustado saber cómo hubiera sido tener un buen padre. Ni siquiera se acordaba de mi edad cuando hablamos. le dije que ya tenia todo el pelo blanco por lo que quedó sorprendido ya que mis canas las heredé de él.  Le dije que le llamaría pronto para quedar y tomar algo. Para él el tiempo ha pasado volando, para mi también... pero... no hay día que no me acuerde de él, por lo menos durante un momento. Es curioso... generalmente no cojo el teléfono pero esta vez decidí cogerlo, por si era algo importante. Su voz no ha cambiado nada. Bueno sí, quizás sí por el paso de los años. Él nunca ha tenido una vida fácil. Nació en Carabanchel bajo (Madrid), en la Calle Caño Roto, o eso solía contar él. Nació en el seno de una familia desestructurada. Su padre (Mi abuelo) era camionero... y falleció en un ac

El otro día, el 31, tuve mi primera actuación con Las Jirafas de los Viernes. Una experiencia interesante aunque decepcionante a la vez. El sonido era muy bueno pero los que fallamos fuimos nosotros. Cuando se actua, no se pueden ultimar los últimos detalles el mismo día del ensayo y, mucho menos, en una cafetería a golpe de papel, bolígrafo y caña. Ni siquiera es beneficioso eso de ensayar el mismo día del ensayo. Supongo que un concierto es algo así como un examen, es necesario reposar las ideas antes de poner toda la carne en el asador. Fue un concierto decepcionante. Podíamos haberlo hecho mucho mejor. Entre los nervios y que tuvimos que esperar como unas 4 horas a que tocaran otros grupos no se podía esperar más... Como lado positivo... ha sido una buena lección de humildad. No sabía que el escenario me afectara tanto. Allí arriba toda idea preconcebida de mi mismo ,musicalmente hablando, carecía de sentido. De nada han servido mis desinhibiciones en Príncipe ya que... son terre

Por fin he conseguido dar el paso. No he querido avisar a nadie más que a mis propias emociones de esto... pero creo que he entrado en el camino de ser músico callejero. En parte, es un hobbie que me da bastante respeto. Oyentes anónimos con gustos muy diversos que pueden valorar el trabajo de dos jóvenes que buscan, como todos o casi todos los músicos, llamar la atención con la música que hacen y, por qué no, dar un toque de brillo especial a algunas personas que muchas veces necesitan un poco de música en sus corazones. Nuestra primera aparición fue en la calle Príncipe, en Nochebuena. Ya había ido con Piro unas cuantas veces  y el resultado había sido bastante bueno. Esta vez me tocó el turno de compartir escenario con Sergio, que parece más animado ante estas cosas. Los efectos de la crisis se hacen notar y... aunque la música que hacemos me parezca buena, muchos son los que mantienen diferentes puntos de vista ante las "donaciones". Nosotros no tocamos por dinero, clar