Capítulo XXIV: Tales de Mileto y Cuales de Treinteto
Es extraño como muchas veces salen de nosotros facetas de las que no éramos conscientes a medida que nos hacemos mayores. El otro día mismo, mientras daba uno de mis paseos habituales y al darme cuenta de que hacía muy buen día me dije: Seguro que la ropa secará de vicio con esta brisilla. Me quedé pensando en la frase analizándola cuando caí en la cuenta de que me estoy convirtiendo en una marujona. Gracias a Dios que no tengo animales que seguro que de ser así pensaría en ellos como en mis pequeñuelos o vete tu a saber. Hoy he hablado con Ana. En parte me llamó porque tanto Michael como David están enfadados con ella... o algo así... Estuvo una semana o por ahí en los carnavales de Tenerife, con la familia de David. Se la notaba mucho más calmada que en anteriores ocasiones. También me comentó que lo va llevando mucho mejor con el tema del trabajo. Supongo que se resignaría a la idea de que está en esa empresa con el objetivo de adquirir experiencia para pasar a algo mejor más adel