Capítulo XXXIX: Un año sin alcohol gracias a la Helicobacter pylori

Cuánto tiempo, ¿verdad? Sí, mucho tiempo.Ya han pasado 10 años desde que nos conocimos por primera vez. Supongo que siempre has sabido que este blog va dedicado a ti, Isabel, así que te pondré un poco al día de todo lo que me ha ocurrido a lo largo de este tiempo.

Hoy, 2 de noviembre, se cumple 1 año desde que sufrí una perforación estomacal en la que tuvieron que operarme de urgencia. Han pasado muchas cosas antes y después de aquello así que comenzaré desde el principio. 

En el plano laboral, he tenido la oportunidad de trabajar como Técnico en salud Ambiental en Pontevedra gracias a una beca de la diputación, cobrando un salario de mierda y realizando el trabajo de funcionarios que cobraban el doble de lo que cobraba yo y aguantando sus gilipolleces y como les pesaba el culo a la hora de hacer cualquier cosa. También he tenido la oportunidad de trabajar en un laboratorio de análisis químico, aunque esta vez como auxiliar, preparando y moliendo materias primas para su posterior análisis. La jefa era una nazi de cuidado. Buena gestora, pero muy prepotente. Para este trabajo tuve que irme hasta Lalín durante 6 meses. Me gustó mucho, la gente en los pueblos suele ser más cercana que en la ciudad... aunque también era gente muy chismosa, cosa que no me agradaba tanto. Pese a que el trabajo era bastante mecánico y liviano, sentía mucho estrés. Sigo comiéndome la cabeza por detalles sin importancia y analizando todo hasta los límites de la paranoya. Realmente lo paso mal mientras lo hago. Es como si machacándome sintiese que me estoy haciendo más fuerte ante un enemigo que no existe... A veces pienso que mi forma de pensar es la misma que me distancia de amistades o posibles parejas.

También pienso que esta forma de pensar, sumado a otros factores, fue la causante de mi perforación estomacal.

Dos semanas después de haber terminado mi contrato tenia varias preocupaciones. Por una parte, me había quedado sin trabajo, ya que el contrato era temporal e improrrogable. Por otra parte tenia un coche que mantener (Sí, me compré un coche) y aunque tenía mis ahorros necesitaba una fuente de ingresos estable. También me preocupaba la idea de no encontrar trabajo en bastante tiempo. Quizás tuve algún tipo de bajón de defensas o algo al pasar un alto nivel de estrés al descanso absoluto. Con el paso de los días iba sintiendo como cada vez mis digestiones eran más pesadas aunque seguía yendo a correr como de costumbre. Mi alimentación no era muy buena que digamos pero pensaba que con el deporte era suficiente para mantenerme sano. Mi cuerpo estaba enfermo y yo no lo sabía.

El día 1 había ido con Piro, Lourdes (su novia) y la pequeña Iria (su hija) a tomar unas cañas a una cervecería. Nada de lo que comía ese día me sentaba bien, pero supuse que era algo temporal y que con relajar el estómago un par de días bastaría. Aquella noche no dormí nada bien.

A la mañana siguiente, tenia cita en el INEM para solicitar el subsidio por desempleo. Una vez salí, tenia que ir hasta Pontevedra solicitar el certificado de empresa por los servicios prestados en la Diputación de Pontevedra. Recuerdo que en aquellos momentos sentí como una especie de cólicos que lo achacaba a gases y pensé que serían temporales. A medida que iba subiendo la Gran Via, ya que tenia que coger la autopista, esos dolores se agudizaban más hasta el punto de sentir el abdomen tensionado y que el dolor se irradiaba por el pecho, las clavículas... Era na sensación realmente dolorosa.  Cuando estaba a punto de entrar en la autovía me dije que no podía conducir así, que si realmente eran gases lo mejor seria parar, tomarme una manzanilla, esperar a que se me pase y retomar el camino. Además tenia tiempo para ello. Me desvié de la Gran Via hasta Urzaiz y sentí como el dolor se agudizaba todavía más. Necesitaba parar el coche donde sea, así que fui hasta Rosalia de Castro y estacioné el coche en una zona habilitada para carga y descarga. Me acerqué a una cafetería cercana, y me pedi una manzanilla. La camarera parecía muy amable pero veia que realmente no me estaba encontrando bien. Fui al baño a la espera de que saliese algún gas o similar. No salia nada. En ese momento pensé que quizás tenia un problema mayor. Pagué la consumición, fui hasta el coche medio encorvado, me tumbé en la parte de atrás como pude y llamé al 112. Apenas podía moverme. La espera fue eterna. Unos 10 minutos esperando que me atendieran ya que creo que fue una etapa donde los servicios del 112 estaban en huelga y tenían servicios mínimos. Me atendieron de forma muy amable pero yo lo único que quería es que me recogiese una ambulancia y se me calmase todo ese dolor. Ante la ansiedad no podía dejar de sudar, mi mayor temor es que pudiese desmayarme del dolor. Cuando llegó la ambulancia podía moverme con dificultad pero podía moverme y al ver que por fin recibiría ayuda me relajé un poco. Me tomaron los datos, me llevaron a la sala de espera de urgencias que estaba abarrotada y me sentaron en una silla de ruedas. Yo lo único que queria es que me atendiesen ya. Intentaba adquirir todas las posiciones posibles buscando un poco de comodidad sin encontrarla. Al ver que los números pasaban y no me atendían me puse muy nervioso. Comencé a sudar y a llorar del dolor. Me sentía avergonzado ya que no pensaba que la situación fuese tan grave. Una chica al verme me preguntó preocupada si quería que llamase a un médico. Le dije que sí y al verme ene se estado me atendieron enseguida por temor a que tuviese algo grave. Estaba sudando a chorros, literalmente, y ni siquiera sabia qué me pasaba. El protocolo de actuación fue impecable. me tumbaron en una camilla, me sacaron la ropa y de pronto me vi rodeado por 4 o 5 profesionales que sabían qué hacer en todo momento. Me pareció algo impresionante. En ese momento me calmé, dejé de sudar y me examinaron para ver cual era la causa real del dolor. El dolor estaba localizado en una zona de la región lumbar derecha y por un momento pensaron que podria ser una apendicitis o algo peor. Me hicieron un TAC de urgencia y vieron que tenia una perforación estomacal, que estaba perdiendo líquido por esa zona y que tenían que operarme de urgencia. Yo como pude avisé a mi madre por whatsapp y a alguna gente de la situación ya que aunque sabia que una vez allí me curarian. Sabia que mi estado físico en general era bastante bueno, al menos en resistencia aerobia, ya que llevaba entrenando bastante tiempo y confiaba en que los profesionales del hospital harían muy bien su trabajo así que por esa parte estaba tranquilo. Durante el procedimiento hubo dos puntos críticos. Uno de ellos fue el uso del conejo (Que en aquel momento descubrí qué era) ya que no era capaz de orinar con tanto ruido de fondo, pese a que tenia ganas, aunque lo conseguí cuando me dijeron que de no hacerlo tendrían que meterme una sonda por la uretra :-P Otro de los puntos críticos fue la sonda nasogástrica. Una de las sensaciones que mayor angustia me da es la de sentir que puedo ahogarme. O que tengo algo atascado en la garganta que no baja. Sabia que debia hacerlo o sí o sí, si queria ser curado. En un primer intento me dió tanta angustia que me la quité yo solo de golpe aunque después del shock inician entré en razón y me dejé llevar. Pese a que era muy muy molesta consegui mantenerla sin vomitar, aunque sí que me daban arcadas de vez en cuando. Me sorprendió mucho que durante todo el procedimiento me explicaron de forma muy clara y entendible todo lo que me iban a hacer así como todos los riesgos que conllevaba ese tipo de operaciones. Ese tipo de sinceridad me relajó mucho y me hizo creer en que todo iría muy bien. Me explicaron que en las anestesias de antes, te anestesiaban y dejaban que el efecto de la anestesia se terminase lo que solia producir confusión, molestias post-anestesia, etc. pero que ahora te despiertan de la anestesia cuando el cirujano da la orden. Lo único que recuerdo es que tuve un sueño muy neutro, soñé, pero era como si realmente no estuviese pasando nada relevante y me sentia muy bien durante el sueño. Cuando desperté, me senti como si me hubiese despertado lúcido. No sentía dolor y me encontraba muy relajado. Estuve 7 dias en planta y tuve de compañero de habitación a un señor al que le habian operado varias veces de un problema en la zona de la nariz. No conseguí dormir demasiado debido a los exagerados ronquidos que emanaba, pero realmente era lo que menos me importaba. Durante esos 7 dias me planteaba muchas cosas. Sobre mi salud, mi forma de ver la alimentación, mis hábitos...También recordaba la forma en que en anteriores ocasiones me había cuidado y me habia sentido bien conmigo mismo. Pensaba en que debía recuperar todas esas rutinas.La recuperación fue muy satisfactoria. Meses después de la operación tuve que someterme a una gastroscopia que fue un poco desagradable aunque tolerable.  Tanto en la operación como en la gastroscopia con biopsia detectaron la presencia de Helicobacter pylori, una bacteria resistente a los ácidos estomacales que vive en el interior en algunos estómagos humanos y que es la causante del 80-90% de las úlceras y puede influir en algunos tipos de cáncer estomacal. Estuve durante todo este año con el tratamiento erradicador de H. pylori con periodos de descanso de algunos meses. Una vez terminado el tratamiento tenia que hacer una prueba denominada prueba del aliento, una prueba no invasiva con la que determinan la presencia o ausencia de la bacteria.  En septiembre tuve mi última prueba del aliento y estoy contento al comprobar que por fin he dado negativo, es decir, no se ha detectado la presencia del bicho en mi cuerpo. Estoy muy contento. He cuidado mi cuerpo de la mejor forma que he podido. Llevo 2 años sin fumar, he reducido de forma considerable el consumo de azúcar, he dejado el alcohol por completo desde la operación. (A día de hoy se cumple 1 año sin alcohol!)  y he visto como mis capacidades físicas han aumentado considerablemente a lo largo de este año. Sí, si me vieses me dirías que estoy en los huesos, pero yo me encuentro muy bien fisicamente. El tema del alcohol realmente ha sido un reto que me he propuesto: "no tomar ni una gota de alcohol mientras de positivo en H. pylori", pero dado los beneficios que me ha reportado todo esto, creo que seguiré así durante mucho más tiempo.

Bueno, Isabeliña, no sé si leerás esto algún día pero quiero que sepas que has sido una persona muy importante en mi vida y que tu influencia me sigue guiando. Poco a poco voy abriéndome más y a ser menos ambiguo en cuanto a mis emociones. Hoy por hoy comprendo tu desesperación cuando tu querías ayudarme o aportar parte de ti y yo me blindaba argumentando cosas que no entendias, ya que realmente lo que hacía eran monólogos sin más, aunque tu siempre estuviste ahí escuchándome, apoyándome, dándome lo mejor que tenias. Aunque ya no estemos en contacto, has formado parte de mi vida en una etapa muy crucial para mi y me has ayudado a conseguir objetivos que hoy por hoy siguen dando sus frutos. Siempre te tendré en mi corazón y deseo que consigas ser feliz con la vida que quieras tener. Un fuerte abrazo.  :-)

Comentarios

Entradas populares de este blog

Capítulo XXXVII: Estuviste en mi mejor momento

Capítulo XXIII: Rylynn y el perigeo lunar

Capítulo XXXIV: Músicos Callejeros